La salud de nuestros pies es muy importante. Por eso, para poder mantenerlos sanos y, por consiguiente, bonitos hay que escoger los zapatos adecuados. Aunque el sector del calzado haya apostado en las últimas temporadas, mayoritariamente, por el diseño, algunas características son casi imprescindibles para asegurar el bienestar de nuestros pies:
Material de fabricación: tanto la materia escogida para el exterior como el interior del zapato es fundamental. Por eso, uno de los materiales más recomendados es la piel: flexible y elástica se ajusta a la horma de cada pie; asegura la transpirabilidad y, por tanto, evita los malos olores; e implica durabilidad, ya que no se rompe ni se agrieta con facilidad. Además, el calzado producido con este material es más sencillo de reparar que los fabricados con sintéticos.
Confort: un buen calzado debe aportarnos, ante todo, comodidad. Los zapatos fabricados en piel son ligeros y, por tanto, la mejor opción si tenemos que estar mucho tiempo caminando.
El forro de los zapatos también es importante: como hemos dicho anteriormente, la piel se ajusta a cada pie, permite que transpire y asegura la comodidad independientemente de la horma de cada uno. Por ello, también hay que tener en cuenta el material con el que está fabricado el forro.
En definitiva, la piel es uno de los materiales más recomendados en cuanto a fabricación de calzado se refiere. Porque la salud de nuestros pies es muy importante y debemos cuidarla usando zapatos fabricados con materias que cumplan ciertos estándares de calidad.